El Akita americano recibe su nombre de la capital de la isla de Honshu, Akita. También eran originarios de esta ciudad los Matagi Akitas, perros de tamaño mediano que se utilizaban en los combates caninos y como acompañantes durante la caza.

A principios del siglo XIX, se comenzaron a cruzar con otras razas, como el Mastín inglés y el Tona Inu, para aumentar la fuerza y el tamaño de la raza. Años después, durante el transcurso de la Segunda Guerra Mundial, el gobierno ordenó sacrificar a todos los Matagi, ya que sus pieles eran muy valiosas para la confección de ropa militar.

Así, los pocos criadores que escondieron perros de la raza comenzaron a cruzarlos con pastores alemanes. Sin embargo, con el fin de la guerra, los Akita estaban en serio peligro de extinción. Por ello, se inició un proceso de recuperación a través de dos líneas de sangre: Dewa e Ichinoseski.

La primera de ellas alcanzó una gran popularidad en Estados Unidos durante la ocupación de Japón por parte de la potencia mundial. Los ejemplares de la línea Dewa se caracterizaban por su gran tamaño, fuerza e inteligencia. Respecto a la línea Ichinoseski, es fruto del trabajo del ingeniero japonés Ichinoseski, de quien recibe su nombre.

Desde la apropiación del akita por parte de los Estados Unidos, esta raza comenzó a llamarse únicamente Akita. Sin embargo, es muy importante hacer la distinción, ya que el Akita americano muestra grandes diferencias respecto al Akita Inu o japonés, que es el perteneciente a la línea de sangre Ichinoseski.

El Akita americano presenta diferentes colores de pelo, en contraposición al Akita Inu. Así, dependiendo del pelaje, podemos distinguir distintos tipos de Akita. Puede ser, leonado, atigrado, negro, blanco, pinto, gris o rojo.

En cuanto a longitud, el Akita americano presenta un pelaje medio. Su pelo es de doble capa, lo que hace que sea un perro muy resistente a temperaturas frías extremas.

El Akita americano cachorro necesita un adiestramiento de calidad para evitar problemas en el futuro. Es importante promover su socialización con otros perros y personas. Además, habrá que ejercitarlo con una actividad física acorde a su edad.

Uno de los grandes problemas que han acompañado al Akita americano desde su popularización en los Estados Unidos es su carácter. Aunque sea un perro muy atractivo visualmente, es cierto que no es una raza hecha para todo el mundo. El perro Akita americano se caracteriza por tener un carácter fuerte y territorial, debido a su pasado como perro de caza y de combate.

Este origen que se comentaba anteriormente, justifica el temperamento territorial de la raza de perro Akita americano y la gran fidelidad que muestra a los miembros de su familia. Por ello, suele ser un canino algo reservado con extraños y bastante dominante con otros perros. Por otro lado, es bastante tranquilo e inteligente.

Como suele pasar en la mayoría de los canes medianos o grandes, es propenso a padecer ciertas enfermedades debido a su tamaño y peso, como la displasia de cadera y la de rodilla. Además, a cierta edad pueden sufrir atrofia de retina e hipotiroidismo.

Puesto que tiene mucha cantidad de pelo, es necesario cepillarlo a diario con un peine especial para su pelaje. El cepillado cobra todavía más importancia en las épocas de muda.

En cuanto al cuidado de la piel, resulta crucial bañar al perro cada mes y medio, máximo cada dos meses.

Uno de los principales cuidados de la raza Akita americano tiene que ver con su adiestramiento. Es importante que el cuidado recaiga sobre personas experimentadas, no siendo una raza recomendable para cuidadores principiantes. El correcto adiestramiento del Akita influye directamente en su socialización, tanto con perros como con humanos.

Por otro lado, estamos ante una raza muy activa, por lo que es importante estimular al animal con actividad física y juegos.

Durante su etapa de cachorro, es fundamental alimentarlo con un pienso especial para esta edad. Los alimentos diseñados para cachorros contienen una gran cantidad de nutrientes para que el animal crezca sano, fuerte y sin carencias.

A partir de los 15 meses de edad, habrá que cambiar a un alimento para perro adulto. Debido a su gran tamaño, el alimento que se le suministre deberá ser de calidad, con una alta proporción de proteínas de origen animal y vegetal. Además, también es conveniente que la alimentación del Akita americano adulto sea rica en vitaminas, ácidos grasos esenciales y minerales.

Por otro lado, en la etapa adulta el pienso se deberá repartir en más de una ración diaria para evitar problemas intestinales. Dichas porciones deberán ser proporcionales a su peso y actividad física, para evitar problemas de sobrepeso.

En esta etapa es muy importante alimentar al animal con un pienso que cuide sus carencias y necesidades. Así, tendrás que acudir al veterinario de forma regular para conocer el estado de salud del perro y, de esta manera, proporcionarle un pienso adecuado para él.

Referencias

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