Los beneficios de tener una mascota caminando por tu pasillo o subido a tu sillón son variados. A continuación, presentaré algunos de ellos:

Beneficios emocionales

Ayudan a combatir la depresión y la soledad, ya que su presencia estimula el contacto físico y la comunicación. En situaciones como el confinamiento, las mascotas han sido auténticos pilares emocionales para sus dueños.

Beneficios antiestrés

Ayudan a mantener a raya el estrés. Aquellos que conviven con perros realizan más ejercicio físico al pasearlos y diversos estudios demuestran que el carácter pausado de los gatos mitiga la ansiedad. Además, su ronroneo produce una vibración considerada relajante.

Beneficios educativos

Para los más pequeños, hacerse cargo de las tareas relacionadas con un animal de compañía es tremendamente educativo: les enseña a responsabilizarse de un ser vivo, a mantener ciertas rutinas y ser más disciplinados, y les inculca valores como la empatía o el respeto.

Beneficios sociales

Tener perro no solo implica la posibilidad de hacer más ejercicio al aire libre, también ayuda a socializar con otros propietarios caninos. Para las personas mayores, que en muchos casos viven solas, tener un perro es muy positivo ya que ayuda a establecer contacto con otras personas.

Cuidar de una mascota implica organizar y planificar, desde la administración de alimentos hasta las visitas al veterinario, lo que puede contribuir al desarrollo de habilidades organizativas.

Las mascotas, especialmente aquellas que requieren cuidados diarios, pueden reducir la sensación de aislamiento social en personas mayores, proporcionando una razón para interactuar y cuidar.

Observar y responder a las necesidades de una mascota puede aumentar la autoconciencia de los sueños sobre sus propias emociones y comportamientos.

Cuidar de una mascota implica a su vez gastos regulares, fomentando la responsabilidad financiera y la planificación a largo plazo.

Abordar los desafíos que surgen al cuidar de una mascota puede ayudar a desarrollar habilidades de resolución de problemas en los dueños.

Las mascotas pueden ser una fuente constante de enfrentamiento, evitando la sensación de aburrimiento y monotonía.

Ayudan a desarrollar paciencia y tolerancia, especialmente los cachorros o animales jóvenes, pueden ser enérgicos y requerir estas dos cualidades para lograr sobrellevar etapas de entrenamiento y desarrollo.

La responsabilidad de cuidar de una mascota puede motivar a las personas a establecer metas y mantener rutinas regulares, ya que se centran en el bienestar de su compañero animal.

El cuidado de una mascota brinda la oportunidad de aprender sobre el ciclo de vida, desde el nacimiento y juventud hasta la vejez, lo que puede generar una mayor apreciación de la vida.

Tener mascotas puede impulsar el aprendizaje constante sobre sus necesidades cambiantes, lo que fomenta un enfoque de aprendizaje continuo en los dueños.

Convivir con un perro, asegura un estudio del North American Disease Control and Prevention (CDC), aumenta el nivel de endorfinas, un péptido que funciona como neurotransmisor y que es responsable de la sensación del bienestar, y reduce el ritmo cardiaco y la presión arterial al disminuir el nivel de triglicéridos.

Investigadores del Instituto Stroke de la Universidad de Minnesota monitorearon durante diez años a más de 4,000 personas con el objetivo de mostrar la relación entre el estrés y los problemas cardiovasculares. El resultado de la investigación determinó que los dueños de gatos experimentaban una reducción del 30% en el riesgo de muerte por ataque al corazón al tener unos niveles de estrés más reducidos.

Nuestras mascotas nos hacen responsables en su cuidado, y nos enseñan a plantearnos prioridades. Además de ser compañeros de juegos para los niños. Los dueños de mascotas tienen más probabilidad de tener una mayor autoestima, según concluyeron científicos. Se ha observado también que los niños con alguna dificultad para leer en voz alta, delante de su mascota refuerzan su seguridad y confianza en si mismos, ya que las mascotas no se van a reír de cómo lo hacen o si se equivocan.

Algunos perros pueden ayudar a las personas que padecen diabetes con entrenamiento, pueden detectar un descenso importante del nivel de glucosa y avisar a su dueño incluso antes de que él detecte este proceso químico.

Por otra parte, un estudio sobre los efectos de la relación perro-propietario en la percepción del estrés y la felicidad, publicado por la revista Human-Animal interaction Bulletin, concluyó que los beneficios del vínculo humano-animal están mediados por la calidad de las relaciones entre ambos. Y que esta relación depende de las actividades compartidas.

En conclusión, no se trata de lanzar el mensaje: “ponga un perro en su vida” o “ponga un gato en su vida”, como si de un juguete se tratara. La proclama debería ser más bien: “comparta y relaciónese con ese ser vivo que forma parte de su vida de una forma única, especial y honesta, tal y como él lo haría”. Por el bien de ambos.

Referencias:

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