Antes de empezar a pensar en cuales cuidados debemos tomar para garantizar la calidad de vida de los animales ancianos, es necesario prestar atención en las señales de su envejecimiento.

¿Cómo saber si mi perro está viejo? Esa respuesta depende de varios factores, entre ellos, el tamaño y la raza. Perros de tamaño pequeño normalmente son considerados ancianos a partir de los 12 años. Mientras que los perros de gran tamaño, a partir de los 9 o 10 años. Sin embargo, hay excepciones a estos grupos de edad, por lo que es importante evaluar otros factores juntos.

En este sentido, hay algunas señales que los animales pueden presentar que indican si están o no próximos de esta fase:

  • Aparecimiento de pelos blancos;
  • Olor más fuerte, especialmente con su aliento;
  • Dificultad en locomoción;
  • Comportamientos compulsivos, como andar en círculos;
  • Cansancio excesivo y somnolencia;
  • Dificultad visual e incomodidad en ambientes oscuros;
  • Problemas de audición;
  • Mayor sensibilidad a cambios bruscos de temperatura.

Aunque las señales mencionadas anteriormente son más comunes cuando los perros alcanzan la madurez, algunos de ellos pueden empezar a aparecer en la etapa de madurez, es decir, a partir de los 7 años en perros pequeños y a partir de 5 años en perros grandes. De ser el caso en que se presente alguna de estas señales, acudir al médico veterinario.

En el momento en el que nuestro compañero pasa a ser anciano, el dueño debe tener la responsabilidad de atentarse a esos cambios y adaptarse a ellos para continuar proporcionando calidad de vida en la madurez canina.

La ingesta de nutrientes por perros puede disminuir mientras envejecen, al igual que la actividad física, esto afectando la cantidad de energía y nutrientes que el necesitará recibir. Por eso es necesario verificar y cambiar algunos hábitos alimenticios.

Conforme envejecen, surgen problemas como lo es la artritis, artrosis y enfermedades en las articulaciones que causan una movilidad ya limitada. Existen tratamientos para mejorar la calidad de vida de los perros que sufren con este tipo de problema, sin embargo, el dueño es quien tiene la tarea de adaptar el espacio para sus perros para proporcionarles mayor comodidad, ya que, con esto, sucede el problema común de que ya no puede subir escaleras. Recuerda que es fundamental observar cómo su perro camina, si demuestra dificultad y cuánto le impide ejecutar sus actividades diarias. Cualquier señal observada debe ser evaluada por el médico veterinario, porque cuanto antes el tratamiento, más rápida será la recuperación o mejor contenida la enfermedad.

Con respecto al ejercicio físico, los paseos y los juegos deben continuar para que el pueda interactuar con el ambiente, ayudando de manera directa a evitar el sobrepeso y la obesidad. En ese sentido, es responsabilidad del dueño proporcionar actividades en menor intensidad, cantidad, y duración y, siempre de ser necesario, con adaptaciones, con el objetivo de mantener el perro activo y sano.

Debido a su edad, se incrementa la vulnerabilidad de su sistema inmunológico, perros mayores tienen más probabilidades de contraer enfermedades en periodos más fríos. Por lo tanto, mantenga el lugar para dormir y sus pertenencias en lugares ventilados y con iluminación directa, pero lejos de corrientes de aire.

Con el avance de edad, es posible que los perros ya no estén dispuestos a interactuar con otros animales. Además de cansarse más, muchos animales al tener problemas de movilidad y tener cerca un perro joven, lleno de energía, puede dejarlo irritado. Además, los animales mayores pueden tener más dificultades para adaptarse a nuevas situaciones, ya sea un cambio de ambientes o la llegada de un nuevo miembro a la familia. Por tanto, cualquier cambio, si necesario, debe hacerse de forma gradual, respetando el nuevo periodo de adaptación de tu mascota.

Se sabe que una vez alcanzan la mediana edad, los perros se resisten al cambio. Necesitan más tiempo para aprender cosas nuevas y comienzan a decaer en las pruebas de memoria. A los 6 o 7 años, muestran señales de tener placas microscópicas de beta amiloide, que son el sello de la enfermedad de Alzheimer; aproximadamente un tercio a la larga sucumbirá ante el síndrome de disfunción cognitiva canina, alias la “demencia canina”, por lo que el propietario del animalito, debe entender y tener claro que ya no es lo de antes, ya no puede realizar lo que antes hacía sin problema alguno.

Se cree que la demencia relacionada con la edad podría ser “una característica del proceso de domesticación”, un tipo de efecto secundario accidental de la civilización.

Se ha demostrado que una dieta rica en antioxidantes y el enriquecimiento conductual (una serie de ejercicios para la memoria y la enseñanza de nuevas destrezas), puede significativamente aplazar o disminuir el desarrollo de las placas y el deterioro de la memoria.

Según estudios, la pena que se sufre por una mascota es igual o puede exceder la que se sufre por un familiar humano. Es la otra cara, cruel, de que tu amado canino llegue a la adultez: sí, tu perro se comporta como un adolescente emocional hasta la vejez, pero eso no quiere decir que no envejezca al igual que la terrible sensación de cuando muere, se siente que has perdido a un hijo.

Referencias

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